"La tierra del mago" cierra la trilogía "Los magos" escrita por Lev Grossman. Esta entrega fue publicada por Ediciones B en febrero de 2015. Mi reseña, que sigue a continuación, apareció en Anika Entre Libros en mayo de 2015.
Sinopsis:
Quentin Coldwater ha sido expulsado del reino mágico de Fillory y no tiene más que remedio que volver a la escuela de magia de Brakebills, aunque allí dura poco tiempo. Se vuelve a meter en problemas y acaba despedido. A partir de ahí, deambula sin rumbo y vende su magia al mejor postor. En una propuesta poco legal, se encuentra con Plum, una alumna aventajada de la escuela, con la que descubrirá algunos secretos de Fillory.
Comentarios:
El tercer y último libro de la trilogía de "Los magos" constituye un buen desarrollo final de las aventuras, o desventuras, de su protagonista principal, Quentin Coldwater. Por una parte cierra de manera conveniente las historias de los personajes y por otra no amenaza con una continuación que solamente los acérrimos seguidores de esta trilogía podrían soportar sin caer en el desaliento.
Bueno, tal vez no sea tan grave la cosa. Lev Grossman ha querido incluir dentro de estos libros muchos conceptos, además de incluir detalles o menciones expresas de otras sagas mágicas muy conocidas, con la diferencia de que le ha dado a su obra un enfoque adulto, a la vez que bastante desencantado. Da la sensación de que habrá querido mostrar un mundo real, cercano a las experiencias cotidianas, pero más bien se le ha ido un poco la mano.
Tal vez tengamos un concepto más romántico que el suyo sobre la magia, eso no lo discuto. Claro que el planteamiento como una disciplina árida, complicada y más cansina que buscar un teléfono concreto en la guía impresa de una gran ciudad, no casa bien con lo que se esperaría de una novela del género fantástico.
Los personajes tampoco ayudan mucho. Si no es por una cosa es por otra y raro será que te encariñes de alguno, porque precisamente los que darían más juego tienen un papel secundario en cualquiera de los libros de la trilogía, mientras que los protagonistas o son repelentes o son aburridos.
De todas formas, si algo tengo que reconocer, sería que este tercer libro es el mejor de la trilogía, un puesto que resulta relativamente sencillo de conseguir por la escasa competencia que le enfrentarían los anteriores.
Aun así habrá personas que, tanto con "La tierra del mago" como con las dos entregas anteriores, disfrutarán de una lectura muy entretenida, sobre todo por la cantidad de referencias a esas otras sagas, que casi podrían preparar un juego de preguntas y respuestas, y seguro que quedarán muy satisfechos.
Selin
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