Sinopsis:
“Meditación azteca” propone una manera diferente para la práctica
de la meditación, que se podrá realizar donde prefiera la persona, de una manera que se desarrolla libre por completo de
misticismos o adaptaciones especiales y que se lleva a la práctica mediante ejercicios prácticos y sencillos.
Comentarios:
Es un libro con mucho más contenido del que cabe pensar al
ver su grosor. Son unas ciento treinta páginas muy bien aprovechadas para que
casi cualquier persona pueda sacarle el máximo provecho.
Al principio, antes de empezar la lectura, pensaba que
serían propuestas un tanto exóticas. Y algo tienen de eso, pero en un sentido
sorprendente por lo positivo, por su sencillez y por lo que pueden aportar a quien las practique.
La introducción prueba de situar al lector en el contexto
histórico y antropológico sobre el que se desarrolló ese estilo de
meditación: la cultura azteca, de gran complejidad y riqueza. Luego sigue con las instrucciones básicas para preparar el entorno:
lugar, momento, ambiente. En suma, los detalles para que la experiencia surta
el efecto que la persona se ha propuesto.
Un aspecto fundamental de “Meditación azteca” es su amor por
el detalle, que se manifiesta sobre todo en los ejemplos de meditación para el
caso particular de cada cual, que se presentan con exquisita elaboración y
donde seguro que el lector encontrará alguno con el que identificarse, según
sean sus circunstancias concretas.
Hay suficiente para escoger, una veintena, con unas
denominaciones que ya muestran esa
visión naturalista propia del mundo azteca: lobo, colibrí, caña, viento, corazón.
La curiosidad nos llevará después a descubrir lo que guarda cada una, esas
particularidades que nos ayudarán a obtener los resultados que necesitemos.
Para mí, “Meditación azteca” ha sido un agradable
descubrimiento y considero que este libro será útil para muchas personas con
sus propuestas de meditación en armonía e integrados con el mundo natural que
nos rodea.
Selin
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