Sinopsis:
Barcelona, 1957. La familia Espinás, propietaria de una
modesta tienda de tejidos, recibe el encargo, por parte de un extraño caballero
y su hija, de confeccionar unas batas escolares bajo unas insólitas condiciones
muy estrictas, que aceptan por pura necesidad.
Época actual. Una explosión en un centro comercial pone a Javier Ramos y
su novia, Anna, tras la pista de unos suicidios inexplicables. La investigación
los conducirá al corazón de África, donde el último poseedor de una de esas
batas lleva tiempo urdiendo su plan, asistido por fuerzas inexplicables.
Comentarios:
La trama de “La semilla del mal” está repartida entre dos
épocas, empezando por la preparación de la historia, narrada en primera persona
por una chiquilla, la hija de los propietarios de la tienda de tejidos, que
también podría haberse desarrollado, con la necesaria adaptación, como si ella
misma recordase después lo que sucedió para contarlo a alguien, al igual que
ocurre con otras intervenciones que hay en la novela.
Luego, en el presente y excepto esos incisos, opta por la
narración en tercera persona. Sea como sea, “La semilla del mal” muestra unos
personajes que se hacen cercanos por su naturalidad, pues se ven como la gente
normal de cada una de esas épocas.
Lo que sí me ha parecido es que la ambientación actual es
bastante más consistente que la parte de la historia que transcurre en el
pasado, en los años cincuenta, aunque hay detalles que se pueden aceptar si
consideramos que forman parte de la acción que guía el propósito de algún
personaje, de manera que lo mejor será esperar a la conclusión para
comprenderlos.
Las circunstancias sobrenaturales, presentes en casi todo
momento del desarrollo de la historia, casan bien con el ambiente de intriga
que presentan los acontecimientos que suceden, formando un entorno equilibrado
y sugerente.
“La semilla del mal” es una novela muy intensa, que atrapa
en su lectura con unos misterios intrincados que se desvelan paulatinamente en
una viaje que une elementos fantásticos con la dura realidad actual.
Selin
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Gracias por tu reseña, Selin.
ResponderEliminarJoan.