Hace poco participaba en el concurso literario promovido por “La Venta Rampias”, una oportunidad para mostrar otra pequeña historia. Tal como vaticiné, la victoria quedó muy lejana de mis posibilidades.
Ese concurso era una muestra de marketing viral, como otros muchos que se desarrollan en de las redes sociales, que se puede utilizar como una herramienta más de marketing, no la única, siendo parte de un proceso continuo de acercamiento al cliente potencial, de posicionamiento de la marca.
Pero también es cierto que se debe conocer bien el medio, tanto las cifras de mercado y de público objetivo, como la realidad que subyace en sus usuarios. Esos son los parámetros que permiten valorar el verdadero alcance de la iniciativa. Además de evitar que las ilusiones se vean frustradas. En este caso particular se utilizó el "me gusta" como único medio de voto, lo que está prohibido por Facebook desde hace algunos meses.
Este era un concurso sencillo, cuyo premio consistía en una estancia de un fin de semana en una de las casas, pero ocurrió que una de las personas participantes recibió unos votos, procedentes de unos perfiles que se consideraron espurios, cuya cifra desvirtuaba el resultado de la votación y, por añadidura, empañaba una iniciativa cultural pensada para dar a conocer un enclave rural.
En uso de las atribuciones de administración de la página y del concurso, se procedió a descalificar a esa persona, pasando a ser premiada la siguiente.
Pero el remedio aún provocó más problemas: la página fue denunciada por las personas agraviadas, con el resultado de que fue bloqueada (ahora ya no existe siquiera), puesto que había incumplido la normativa del sitio, con el consiguiente perjuicio para las personas organizadoras del concurso.
Una verdadera lástima.
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