Seguro que algo os sonará en el momento que empecéis a leer, también que haya sido benévolo con el tratamiento, si creéis que alguna frase está fuera de contexto o que normalmente se utiliza otra, avisadme para que pueda acercarme al máximo a lo que ocurre en realidad. Leed con una pizca de buen humor:
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REGALO DE CUMPLEAÑOS
Era sábado y Ernesto Ruiz cumplía 32 años. La mañana transcurría con normalidad y sus expectativas sobre las felicitaciones que esperaba recibir se iban cumpliendo.
Hacia el mediodía sonó el teléfono y Ernesto se acercó sonriente, dispuesto a escuchar a alguien conocido que se había acordado de que era su día.
-Diga. –pronunció animadamente, invitando a su interlocutor a seguir la conversación.
-¿Ernesto Ruiz? –dijo una voz femenina
-Sí, yo mismo.
-¡¡¡FELICIDADES!!!
-Gracias –Ernesto no situaba ni aquella voz ni la energía que desprendía y su tono sonó algo dubitativo.
-De nada, queremos que usted tenga el mejor día posible y por eso le ofrecemos un excelente pastel de cumpleaños.
-Perdone, pero, ¿quién es usted y de dónde me llama? –el uso del plural y el estilo ya le empezaba a sonar a la típica oferta de cualquier compañía de telecomunicaciones.
-Soy Yolanda López y llamo desde KRYSTAL. Est...
-Escuche señorita, -le interrumpió Ernesto- ya estoy satisfecho con el servicio que recibo actualmente, así que no me interesa, gracias.
-Es que no vamos a venderle nada, señor Ruiz. Todo, repito TODO lo que le ofrezca será totalmente GRATIS, empezando por su sabrosísimo pastel de cumpleaños.
-¿Me van a regalar un pastel por la cara?
-No, se lo vamos a regalar por que hoy es su cumpleaños.
- Y seguro que saben donde vivo.
-Calle de la Suerte, número 7, señor Ruiz. ¿Quiere que haya 32 velas en el pastel o prefiere que sean dos con los años que cumple?
-Verá, señorita, es que yo no quiero comprar nada.
-Usted no va a comprar nada. Insisto, es GRATIS, usted no tiene que preocuparse por nada, solamente con que acepte nuestro regalo, es suyo.
-Es que no sé...
-Tal como le digo, señor Ruiz, si usted acepta que se lo regalemos, podrá disfrutar de un estupendo pastel de cumpleaños.
-¿Así, sin más? –Ernesto seguía perplejo
-Correcto, ¿acepta usted nuestro regalo?
-Bueno, la verdad es que parece interesante. –Ernesto comenzaba a pensar que podía aprovechar la oportunidad que se le presentaba.
-Solamente tiene que decir: Acepto, y le entregaremos el pastel.
-Querrá decir que me lo enviarán.
-Entonces es posible que no llegase a tiempo, se lo vamos a entregar en mano ahora mismo.
-¿Ahora, pero cómo? -Ernesto no pudo evitar una mirada hacia la puerta de entrada, algo extrañado.
-Queremos su total satisfacción, la prueba es que su pastel de cumpleaños estará ante usted en unos segundos...
Apenas había acabado la frase, que sonó el timbre de la puerta. Ernesto recorrió el pequeño pasillo y la abrió, no sin cierta cautela.
Lo primero que vio fue un pastel, detrás del cual sonreía una joven uniformada con los colores corporativos de Krystal, que empezó a cantar seguida por tres jovenes más que completaron el coro:
-¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, le deseamos todos cumpleaños feliz!
Fueron entrando en casa de Ernesto, quien se apartó por la sorpresa y las siguió con la mirada, colocaron el pastel en la mesa del comedor y acto seguido encendieron las velas, invitándole a acercarse.
Detrás de ellas, entraron también cuatro operarios, igualmente uniformados, que se distribuyeron por el domicilio para colocar los puntos de acceso inalámbricos en cada habitación, conectados con el receptor principal, que uno de ellos había instalado junto a la balconera del comedor.
A continuación, completaron la red doméstica con la instalación de microrreceptores en los aparatos eléctricos que encontraron repartidos por el domicilio: el ordenador, el televisor, el frigorífico, el reloj despertador,...
Ernesto se veía superado por los acontecimientos, jamás hasta ese día había visto su casa invadida de ese modo. No sabía si soplar las velas o refugiarse en el baño.
Se acordó de la conversación que tenía con la operadora, recuperó el teléfono, no, este ya era otro, el de la nueva compañía, pero supuso que allí seguiría estando ella.
-Usted me dijo que se trataba de un pastel, no me habló de nada más. –quería explicaciones y no sabía a quien más podía pedirlas.
-¡Oh!, discúlpeme, por favor, señor Ruiz. No podíamos dejar que este fuese un cumpleaños más. Su cumpleaños con Krystal tiene que ser especial, el más especial de todos, una celebración para recordar.
-Ya, pero la verdad es que ya tenía bastante con el pastel. –Ernesto se sentía algo incomodo, aunque no demasiado.
-A partir de ahora no tendrá que preocuparse de nada, nosotros nos encargaremos de todo lo que necesite.
-¿Cómo de todo? ¿A qué se refiere?
-Señor Ruiz, usted solamente tendrá que escoger lo que quiere hacer en su tiempo de ocio. Ahora podrá ver todas las películas que quiera, cualquier programa de televisión cuando le venga mejor. Todos los canales para usted las 24 horas. Además de navegar por internet sin ningún límite
-¡Pero eso costará mucho! ¡Yo no puedo pagar tanto! ¡Y usted me dijo...!
-No pagará nada, señor Ruiz, eso forma parte de nuestro servicio gratuito.
-¡Qué! ¿Gratis? ¡Venga ya!, ¿cómo pueden ofrecer eso?
-Porque, tal como le he dicho, nuestra compañía le suministrará todo lo que necesite para disfrutar todo el tiempo de nuestros servicios multimedia y siempre al mejor precio del mercado.
-¿En qué quedamos, señorita, cómo puede ser algo gratis si lo pago? –Ernesto ya empezaba a marearse, no sabía a que atenerse en aquella extraña situación.
-Toda nuestra oferta de ocio es gratuita, señor Ruiz, usted solamente pagará por los suministros de su domicilio: electricidad, agua, gas, alimentos, lo que sea que necesite. ¡Fíjese!, solamente tendrá que marcar lo que necesite de la lista de la compra y se lo traeremos todo a su domicilio, incluso lo colocaremos en su sitio.
Ernesto pensaba que estaba soñando, eso no podía ser cierto.
-Y si quiere una pizza, solamente tendrá que pedirla con el nuevo mando a distancia que le hemos proporcionado.
Ernesto se acercó al televisor y allí vio el mando, en el que destacaba el logo de Krystal. En seguida reconoció el botón que le decía la operadora, también había más botones y para alguno le haría falta consultar el manual.
-Por los otros botones no se preocupe, señor Ruiz –dijo la operadora, como si le hubiese leído el pensamiento. –Solo necesita llamarnos y le atenderemos gustosamente.
Finalmente, Ernesto cedió, ya que no se le ocurría ninguna objeción y pensaba que podría aprovechar aquella propuesta.
Por la noche, después de disfrutar el pastel y ahora más tranquilo al comprobar que todo iba perfecto, Ernesto se sintió más relajado.
Era difícil pensar en un día más redondo que aquel. Aunque la imaginación siempre puede ir un poco más lejos y Ernesto pensó en lo que podría pasar dentro de un año, cuando la competencia quisiese quitarle el cliente a Krystal, ¿qué sería lo que llegaría a ofrecerle Helium?, no quería adelantarse, pero una enorme sonrisa se marcó en su semblante.
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NOTA: ¿Pasará esto alguna vez? No lo sé. Sí que una vez adquirido un producto multimedia, la multiplicación para hacerlo llegar al usuario tiende a un coste mínimo, poco más que la electricidad necesaria para enviarlo por la red. Las cuotas de conexión cubren principalmente los costes de funcionamiento de la empresa, los sueldos de los directivos y los beneficios de los accionistas. En un escenario de competencia real y activa, contando con libertad de precios, la cuota de conexión va disminuyendo y la única manera de mantener el volumen de negocio será mediante valores añadidos.
Espero que os haya gustado y que hayáis sonreído en algún momento.
Gracias por leerme. Hasta luego.
Selin
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Pues yo creo que si empiezan a llamarnos nos va a pasar como al protagonista del relato, vamos a desconfiar y creer que nos quieren vender algo, jaja.
ResponderEliminarSí que está divertido y muy original.
Besos!
Qué surrealista, jajaja. Me pregunto si las compañías teléfonicas o de televisión llegarán un día a hacer cosas así por tener cliente.
ResponderEliminar¡Saludos y cuídate! :D
Uffff casi me ha explotado la cabeza con la última explicación (dejé el último examen de contabilidad hace una semana).
ResponderEliminarPor lo demás está muy bien. Me ha gustado, sobre todo las preguntas de "pero, ¿en serio que es gratis?"
Saludos
Muy original, siempre da para desconfiar tanta cosa buena gratis!!jaja
ResponderEliminarsaludos!!
No sé por qué sospecho de todo esto, creo que luego le llegarán las cuentas y quedará endeudado hasta treinta años más jajajajjaja.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu relato, se escapa de lo demás.
Fantastico, fresco y lleno de ironía. Espero ser una Ernesta en el futuro con una lluvia de regalos publicitarios. ;)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho
XD al paso que vamos, la cosa va a terminar así, y no estoy segura de que eso vaya a ser bueno o malo :)
ResponderEliminarjajaja muy divertido y original. Aunque yo no creo que pueda llegar a darse eeh, al fin y al cabo todo es un negocio xd
ResponderEliminarUn besito!
Muy original, y a mi me arrancaste más que una sonrisa:D
ResponderEliminarSiento no pasarme ayer, pero el dolor de cabeza pudo conmigo :(
Un beso enoorme ^^
Pues no estaría mal que ellos lucharan por el cliente, en lugar de aprovecharse del cliente... pero bueno, tu personaje fue afortunado de vivir en ese entorno xD.
ResponderEliminar¿Y dónde quedaron las personas, amigos, familiares reales que deseaban celebrar su cumpleaños?.
ResponderEliminarPor otro lado, la sociedad de consumo está diseñada para que nada sea gratis, todo tiene un precio y la codicia humana es la que lo alimenta.
Buen relato.
ibso
Sabes, me resultó sumamente entretenido el relato, es que, todos soñamos con que nos pase algo así cuando adquirimos un servicio "X" mira, yo como experiencia, hace menos de un mes, compré unas botas y me dieron un cupón, lo tiré en la tombola sin esperanza alguna, y me llamaron hace poco diciendome que me habia ganad un LED de 32 pulgadas, pensé que me estaban jodiendo, pero cuand me presenté en la tienda, era verdad y ahora, tengo un lindo led en casa en mi cuarto jajaj con solo un cupón sali yo XD creo que fue pura suerte.
ResponderEliminarMuy entretenido tu escrito. Un gusto leerte.
Saludos~
Pues tiene muchísima razón tu relato, la competencia es algo que se toma muy en serio así que esperemos que una sonrisa siempre esté con nosotros para este tipo de servicios, aunque realmente lo dudo, pues las empresas se olvidan de la parte humana, es por ello que muchas veces fracasan. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, es super original el relato, y muy bien escrito. Yo también hubiese desconfiado, cuando me dicen la palabra GRATIS se me ponen los pelos de punta jejeje. Impresionante lo de pedir una pizza con el mando de la tele. UN beso!
ResponderEliminarJo mira que desconfiar de los regalos gratuitos!
ResponderEliminarGracias por regalarnos el relato.
Rocio
Intrigante hasta el final... porque no sabes qué va a pasar, vamos que no es previsible... tanto decir que es gratis y tanto servilismo sin pedir nada a cambio se hace angustioso, por lo menos así lo viviría yo, que desconfiaría desde el principio.
ResponderEliminarPor otro parte espero no tener que hacer nunca el papel de Yolanda López aunque nos llamemos igual...jajaja...
La frase "sólo tiene que decir acepto..." resulta absolutamente terrorífica por sus posibles consecuencias...¿cómo podrá anular ese contrato algún día Ernesto?
Yolanda
Estos días de verano me han tenido bastante desconectado. Intentaré ponerme al día. ;-)
ResponderEliminarGracias, Maga, bueno, me parece que ya siempre desconfiamos de esas llamadas comerciales.
ResponderEliminarGracias, Esther, pues no sé, estoy por registrar el texto para poder demostrar que me avancé a sus prácticas comerciales.
ResponderEliminarLo siento, Brokenwings, no era mi intención recordar los estudios a nadie. Gracias.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Patricia, me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarGracias, Edain, suerte que al protagonista no le han propuesto cambiar de vivienda, que entonces sí que sería un cliente para toda la vida.
ResponderEliminarGracias, Nyra, mientras llega esa situación, puedes apuntarte a esos sitios promocionales, algún regalito caerà entre los descuentos ofrecidos.
ResponderEliminarGracias, Déborah, yo tampoco, no está la cosa muy clara.
ResponderEliminarGracias, albaa!, ya veremos, en los negocios siempre se busca el beneficio y la palabra gatis tiene mucho gancho.
ResponderEliminarGracias, Karol, me alegra que te haya gustado y que lo leyeses en mejor momento.
ResponderEliminarGracias, Yess, bueno, si luchasen entre sí, siempre se les puede escapar algo y recibir el cliente.
ResponderEliminarGracias, Karuna, espero no haberte confundido con mi relato.
ResponderEliminarGracias, ibso, el planteamiento es que el personaje vive solo y recibe las felicitaciones a través del teléfono o de internet.
ResponderEliminarJaja, Rossiel, tuviste el día de cara. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarGracias, Athena, personalmente considero que las empresas olvidan la parte humana cuando adjudican un número al cliente y lo contabilizan.
ResponderEliminarGracias, Hada, no creas, con la televisión interactiva se puede llegar muy lejos, al fin y al cabo, es traspasar a un aparato la interacción, más compleja esos sí, que mantenemos en internet.
ResponderEliminarGracias a ti, Rocio, me alegro de que te haya gustado.
ResponderEliminarGracias, Yolanda, por tu visita y tus palabras. La coincidencia con la comercial ha sido totalmente casual. Respecto de anular el contrato, eso dependerá de si otra empresa puja más fuerte. Hasta luego.
ResponderEliminarDebo de estar sensibilizada con el tema porque me pasó como a Yolanda (suscribo prácticamente todo).... que me puso los pelos de punta... y algo más, me iba metiendo en la situación, y me estaba entrando una maaala leche con la insistencia de meterme la ofertita por las orejas y al instante, ¿grrratis? ¡y un cuerno!.
ResponderEliminarAdemás que ni siquiera llegó a decir !acepto! en ningún momento...¿te diste cuén Selin? o me perdí el "acepto"?? anda que no da todavía más yuyu...
Y.. lo que uno se puede imaginar que sigue. (para cada cual): A la primera pega real después "der contrato", como que te aparece en la puerta que sé yo, un señor con delantal y varios adminículos de limpieza empeñado en limpiarte la casa darribaabajo, y tu pediste un simple "limpiador multiuso del hogar" (ya saben, la botellita quita-manchas) y a ver cómo le explicas a tu parejo cuando llega, que el señor ese que está paseandose por tu casa quitando el polvo aquí y allá , no lo pediste tú, ni falta que te hace teniéndole a él para co-la-bo-rar-con-la-lim-pie-za (juá) y mucho menos pagarlo.
Llamas para subsanar el malentendido y ¿adivinas con qué te encuentras?¿Con la señorita resuelve-problemas-al-instante Yolaanda? Noooo. Con la sempiterna voz de un señor hablándote dulcemente en latinoamericano desde mmm... Ecuador (por ejemplo), haciendote entender que no pudo haber ningún error, y te terminas comiendo el señor de la limpieza, la cuenta y el cabreo del que vive contigo, con patatas, eso sí... ¡gratuitas!. ((Beno, igual lo de quitar el polvo mereció la pena nunca se sabe jajajajaj))
Selin, eres muy optimista tú ah?. ;-).
Tu relato no deja indiferente, engancha y.... me removió en el asiento. La sonrisa que esperabas... mmmm.... al compartir todo esto contigo y los contertulios (y sus comentarios) mientras me atuso los pelos que se me iban poniendo (de punta) jejejejej. :-))))
Enas noches noctambúlicas.
Jaja, Lur, tienes razón, no llega a decir la palabra mágica. Es una situación que nos puede superar en cualquier momento, y cierto es que si te encuentras con problemas no puedas resolverlos con facilidad; te ves pensando eso de "Virgencita, que me quede como estoy...". :-)
ResponderEliminarHola Buenas Tardes!
ResponderEliminarLlegue a tu blog por Adictos a la escritura. Decidí leer uno de tus relatos al azar y me ha fascinado, muy original, leeré los demás relatos en cuanto pueda, te felicito. Adiós.