Me ha alegrado ver que ahí está el que envié, acompañado además por el de un compañero de aficiones literarias.
Este es el mío, que comparto aquí con vosotros:
COME Y CALLA
Bien sabía Amelia lo que costaba conseguir alimentos ahora.
—¿Mamá, volverá Blaky? Hace días que se fue —preguntó David.
—No lo sé, David. No te preocupes, pronto tendrás otro perrito.
La gente había escapado del desastre y se había refugiado en las montañas.
—¿Sabes, mamá? Esta mañana he visto cerrada la cabaña del señor José.
—Me parece que ha ido a reunirse con su familia.
—¿Pero no estaban muertos?
—Pues a lo mejor no. Venga, David, come y calla.
Amelia sonreía satisfecha de ver comer a su hijo.
Al menos por un tiempo no pasarían hambre.
Selin
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