Sinopsis:
Seizo Ikeda es el único superviviente del clan familiar tras
un asalto que exterminó a su familia, regente de la provincia de Ifumo. Con
nueve años y abocado a una vida de destierro y olvido, solamente tiene la
protección y la enseñanza de Kenzaburo Arima hasta que llegue un día en que
pueda vengarse.
En Fukui, al otro extremo del país, Ekei Inafune, un médico que une la
medicina tradicional con la aprendida con los jesuitas que han llegado a Japón,
se ve inmerso en una conspiración entre los clanes más poderosos y tendrá que
medrar con su mejor hacer, sin dejar de lado la misión encomendada.Comentarios:
En “El guerrero a la sombra del cerezo” se turnan dos
historias que parecen ir en paralelo o al menos eso es lo que supuse cuando
empecé la lectura, como también que más tarde o más temprano se juntarían en la
circunstancia apropiada.
No obstante, ciertos detalles históricos, que surgieron más
adelante y me hicieron retroceder hasta las breves notas iniciales sobre el
contexto histórico, proporcionaron la idea de que se trataban de dos historias
independientes o que, al menos, se desarrollaban en tiempos diferentes.
Eso sí, aunque descubre ese aspecto a futuros lectores, en
ningún momento ofrezco información
relevante que descubra ningún secreto que rompa la intriga de la
elaboración de la trama, solamente introduzco un elemento diferente, que
incluso de podría traducir en un misterio más.
Porque también hay bastante de eso. Abundantes medias
verdades donde es difícil discernir cuál es la correcta en unos tiempos y
lugares violentos, con unos personajes cuyos motivos pueden quedar ocultos tras
sus actos.
Pese a su patente volumen de más de setecientas páginas, “El
guerrero a la sombra del cerezo” se lee con facilidad, aunque eso no debe
inducir a conducirse con ligereza, pues las palabras están medidas y ajustadas
a la profundidad de una historia compleja y que se acerca a la cultura japonesa
con ese mismo estilo propio suyo de que la estética y lo visible tienen una
gran importancia, ya que son muestra de lo que en verdad ocurre y que se podrá
discernir si se atiende con el espíritu atento y con el criterio adecuado.
Selin
.
700 páginas, complejidad pero se deja leer con fluidez, eso me dice que merece mucho la pena, no es fácil lograr esas tres cosas en la misma obra.
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