viernes, 24 de enero de 2014

Reseña "Máscaras femeninas", de Fumiko Enchi, publicada en "Anika Entre Libros"

Esta novela japonesa, de apariencia sencilla en la portada, esconde un entramado muy complejo de relaciones entre unos personajes cuya vida transcurre a mediados del siglo XX.

El título hace referencia a las máscaras que se utilizan en un tipo de teatro tradicional, Noh, basado en hecho remotos o sobrenaturales.

Su autora es Fumiko Enchi; la escribió en 1958 y ahora la ha publicado Alianza Literaria.

La reseña podréis leerla en "Anika Entre Libros", donde se ha publicado hace unos días en este enlace: "Máscaras femeninas".

Selin

.

miércoles, 1 de enero de 2014

Reseña de "Tierra de libélulas", de Ramón Cerdá

Empiezo el año con la reseña de un libro que une conceptos literarios y cinematográficos:

TIERRA DE LIBÉLULAS

Sinopsis (según el autor):

Jordi regresa al pueblo después de veinte años, y lo hace en respuesta a una desesperada llamada telefónica de su primo Diego: un trágico accidente ha acabado con la vida del padre de este último y dejado en coma irreversible a la madre.
La tragedia actual, que conmociona al pueblo entero, provoca el afloramiento de los recuerdos enterrados de otra tragedia muy anterior pero que, de algún modo, podría estar relacionada.
Cuando ya se disponía a olvidar el pasado de nuevo y regresar a Barcelona, unas libélulas que se cruzan en su camino y una visita al viejo Flamingo, un Club de carretera abandonado donde parece estar viviendo un extraño mendigo, hacen que Jordi tome la decisión de quedarse a investigar, junto con Diego, lo sucedido dos décadas antes, porque todo apunta a que nada ocurrió como se les había contado.
Una historia de pasiones, dinero fácil, negocios sucios, venganzas y manipulación constante, sexo y poder, esplendor y decadencia, y de cómo Jordi y Diego logran desenterrar la verdadera memoria oculta de sus vidas descubriendo lo que, quizás, hubieran preferido seguir ignorando.

Mis comentarios:

Me ha resultado extraño leer un libro, “Tierra de libélulas”, que es la adaptación a novela de un guión cinematográfico, “El desentierro”. No por el hecho en sí, que hay veces en las que sobre una película de éxito se han publicado versiones noveladas, sino porque en esta edición especial coexisten ambos formatos, por lo que puedes saltar entre uno y otro al principio de la lectura. También incluye algunas fotos de posibles localizaciones para la historia.

Y lo que ocurrió fue que al principio me encontré entre dos mundos diferentes e intenté mantenerme en ambos. Resultó una idea contraproducente. Me entretenía con las comparaciones y no conseguía entrar en la historia. En cuanto me di cuenta de lo que me estaba perdiendo, dejé de lado el guión cinematográfico y me dediqué a degustar la novela. Sólo al final volví a tener ambos presentes, cuando se plantean tres finales alternativos.

Pero, antes de comentar esos finales, vayamos con la novela. La impronta de Ramón Cerdá aparece ya en el título, nombrado como tantas otras veces con un animal. Luego, en el desarrollo de la trama, esas “libélulas” dan un trasfondo, a veces inquietante, a la historia, que gana así con esa sugerencia que se configura como una guía muy visual.

La trama, luego de la impactante primera escena, retrocede lo justo para que el correcto desarrollo de los acontecimientos siga un curso lineal, con pequeños incisos que son los recuerdos de los protagonistas y que nos permiten situarnos dentro de la historia, a la vez que nos adentramos en su psicología y sus circunstancias.

El resultado obtenido con “Tierra de libélulas” exprime la idea original y, por más que se mantenga en paralelo y congruente con ella, se manifiesta con entidad propia y alternativa

La originalidad de la propuesta aparece de nuevo al llegar al capítulo titulado “Momento divisorio”, lugar desde el que seguirá posteriormente cada uno de los finales propuestos: el del guión original, uno alternativo a este y el propuesto por Ramón Cerdá. Supongo que inducido por la lectura de la novela, personalmente me decanto por este último, el suyo propio. Ahora que también reconozco que cualquiera de los otros dos resultaría más impactante dentro del lenguaje cinematográfico.

La sinergia entre ambos productos redundará en mutuo beneficio, pues cuando se publique la edición definitiva, quienes ya sean lectores de Ramón Cerdá podrán disfrutar de una buena novela y sentirán un natural interés por ver esa historia en la pantalla. Por otra parte, en cuanto cobre forma la película “El desentierro”, habrá quienes descubran este autor.

Selin

.