lunes, 11 de julio de 2011

Proyecto de julio: relato de cumpleaños

Seguro que algo os sonará en el momento que empecéis a leer, también que haya sido benévolo con el tratamiento, si creéis que alguna frase está fuera de contexto o que normalmente se utiliza otra, avisadme para que pueda acercarme al máximo a lo que ocurre en realidad. Leed con una pizca de buen humor:

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REGALO DE CUMPLEAÑOS

Era sábado y Ernesto Ruiz cumplía 32 años. La mañana transcurría con normalidad y sus expectativas sobre las felicitaciones que esperaba recibir se iban cumpliendo.
Hacia el mediodía sonó el teléfono y Ernesto se acercó sonriente, dispuesto a escuchar a alguien conocido que se había acordado de que era su día.
-Diga. –pronunció animadamente, invitando a su interlocutor a seguir la conversación.
-¿Ernesto Ruiz? –dijo una voz femenina
-Sí, yo mismo.
-¡¡¡FELICIDADES!!!
-Gracias –Ernesto no situaba ni aquella voz ni la energía que desprendía y su tono sonó algo dubitativo.
-De nada, queremos que usted tenga el mejor día posible y por eso le ofrecemos un excelente pastel de cumpleaños.
-Perdone, pero, ¿quién es usted y de dónde me llama? –el uso del plural y el estilo ya le empezaba a sonar a la típica oferta de cualquier compañía de telecomunicaciones.
-Soy Yolanda López y llamo desde KRYSTAL. Est...
-Escuche señorita, -le interrumpió Ernesto- ya estoy satisfecho con el servicio que recibo actualmente, así que no me interesa, gracias.
-Es que no vamos a venderle nada, señor Ruiz. Todo, repito TODO lo que le ofrezca será totalmente GRATIS, empezando por su sabrosísimo pastel de cumpleaños.
-¿Me van a regalar un pastel por la cara?
-No, se lo vamos a regalar por que hoy es su cumpleaños.
- Y seguro que saben donde vivo.
-Calle de la Suerte, número 7, señor Ruiz. ¿Quiere que haya 32 velas en el pastel o prefiere que sean dos con los años que cumple?
-Verá, señorita, es que yo no quiero comprar nada.
-Usted no va a comprar nada. Insisto, es GRATIS, usted no tiene que preocuparse por nada, solamente con que acepte nuestro regalo, es suyo.
-Es que no sé...
-Tal como le digo, señor Ruiz, si usted acepta que se lo regalemos, podrá disfrutar de un estupendo pastel de cumpleaños.
-¿Así, sin más? –Ernesto seguía perplejo
-Correcto, ¿acepta usted nuestro regalo?
-Bueno, la verdad es que parece interesante. –Ernesto comenzaba a pensar que podía aprovechar la oportunidad que se le presentaba.
-Solamente tiene que decir: Acepto, y le entregaremos el pastel.
-Querrá decir que me lo enviarán.
-Entonces es posible que no llegase a tiempo, se lo vamos a entregar en mano ahora mismo.
-¿Ahora, pero cómo? -Ernesto no pudo evitar una mirada hacia la puerta de entrada, algo extrañado.
-Queremos su total satisfacción, la prueba es que su pastel de cumpleaños estará ante usted en unos segundos...
Apenas había acabado la frase, que sonó el timbre de la puerta. Ernesto recorrió el pequeño pasillo y la abrió, no sin cierta cautela.
Lo primero que vio fue un pastel, detrás del cual sonreía una joven uniformada con los colores corporativos de Krystal, que empezó a cantar seguida por tres jovenes más que completaron el coro:
-¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, le deseamos todos cumpleaños feliz!
Fueron entrando en casa de Ernesto, quien se apartó por la sorpresa y las siguió con la mirada, colocaron el pastel en la mesa del comedor y acto seguido encendieron las velas, invitándole a acercarse.
Detrás de ellas, entraron también cuatro operarios, igualmente uniformados, que se distribuyeron por el domicilio para colocar los puntos de acceso inalámbricos en cada habitación, conectados con el receptor principal, que uno de ellos había instalado junto a la balconera del comedor.
A continuación, completaron la red doméstica con la instalación de microrreceptores en los aparatos eléctricos que encontraron repartidos por el domicilio: el ordenador, el televisor, el frigorífico, el reloj despertador,...
Ernesto se veía superado por los acontecimientos, jamás hasta ese día había visto su casa invadida de ese modo. No sabía si soplar las velas o refugiarse en el baño.
Se acordó de la conversación que tenía con la operadora, recuperó el teléfono, no, este ya era otro, el de la nueva compañía, pero supuso que allí seguiría estando ella.
-Usted me dijo que se trataba de un pastel, no me habló de nada más. –quería explicaciones y no sabía a quien más podía pedirlas.
-¡Oh!, discúlpeme, por favor, señor Ruiz. No podíamos dejar que este fuese un cumpleaños más. Su cumpleaños con Krystal tiene que ser especial, el más especial de todos, una celebración para recordar.
-Ya, pero la verdad es que ya tenía bastante con el pastel. –Ernesto se sentía algo incomodo, aunque no demasiado.
-A partir de ahora no tendrá que preocuparse de nada, nosotros nos encargaremos de todo lo que necesite.
-¿Cómo de todo? ¿A qué se refiere?
-Señor Ruiz, usted solamente tendrá que escoger lo que quiere hacer en su tiempo de ocio. Ahora podrá ver todas las películas que quiera, cualquier programa de televisión cuando le venga mejor. Todos los canales para usted las 24 horas. Además de navegar por internet sin ningún límite
-¡Pero eso costará mucho! ¡Yo no puedo pagar tanto! ¡Y usted me dijo...!
-No pagará nada, señor Ruiz, eso forma parte de nuestro servicio gratuito.
-¡Qué! ¿Gratis? ¡Venga ya!, ¿cómo pueden ofrecer eso?
-Porque, tal como le he dicho, nuestra compañía le suministrará todo lo que necesite para disfrutar todo el tiempo de nuestros servicios multimedia y siempre al mejor precio del mercado.
-¿En qué quedamos, señorita, cómo puede ser algo gratis si lo pago? –Ernesto ya empezaba a marearse, no sabía a que atenerse en aquella extraña situación.
-Toda nuestra oferta de ocio es gratuita, señor Ruiz, usted solamente pagará por los suministros de su domicilio: electricidad, agua, gas, alimentos, lo que sea que necesite. ¡Fíjese!, solamente tendrá que marcar lo que necesite de la lista de la compra y se lo traeremos todo a su domicilio, incluso lo colocaremos en su sitio.
Ernesto pensaba que estaba soñando, eso no podía ser cierto.
-Y si quiere una pizza, solamente tendrá que pedirla con el nuevo mando a distancia que le hemos proporcionado.
Ernesto se acercó al televisor y allí vio el mando, en el que destacaba el logo de Krystal. En seguida reconoció el botón que le decía la operadora, también había más botones y para alguno le haría falta consultar el manual.
-Por los otros botones no se preocupe, señor Ruiz –dijo la operadora, como si le hubiese leído el pensamiento. –Solo necesita llamarnos y le atenderemos gustosamente.
Finalmente, Ernesto cedió, ya que no se le ocurría ninguna objeción y pensaba que podría aprovechar aquella propuesta.
Por la noche, después de disfrutar el pastel y ahora más tranquilo al comprobar que todo iba perfecto, Ernesto se sintió más relajado.
Era difícil pensar en un día más redondo que aquel. Aunque la imaginación siempre puede ir un poco más lejos y Ernesto pensó en lo que podría pasar dentro de un año, cuando la competencia quisiese quitarle el cliente a Krystal, ¿qué sería lo que llegaría a ofrecerle Helium?, no quería adelantarse, pero una enorme sonrisa se marcó en su semblante.

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NOTA: ¿Pasará esto alguna vez? No lo sé. Sí que una vez adquirido un producto multimedia, la multiplicación para hacerlo llegar al usuario tiende a un coste mínimo, poco más que la electricidad necesaria para enviarlo por la red. Las cuotas de conexión cubren principalmente los costes de funcionamiento de la empresa, los sueldos de los directivos y los beneficios de los accionistas. En un escenario de competencia real y activa, contando con libertad de precios, la cuota de conexión va disminuyendo y la única manera de mantener el volumen de negocio será mediante valores añadidos.

Espero que os haya gustado y que hayáis sonreído en algún momento.

Gracias por leerme. Hasta luego.

Selin


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viernes, 8 de julio de 2011

Para julio: un relato con el tema cumpleaños

La cita de este mes de julio es para el día 11 y el tema escogido, cumpleaños. El motivo es que hará un año del inicio de actividades del grupo "Adictos a la Escritura".


Claro que os vais a preguntar: ¿por dónde saldrá Selin ahora? Ahora mismo no lo sé, tengo previsto dedicar algún rato del fin de semana para escribir.

Las primeras ideas van sobre una parodia de una actividad incordiante que sufrimos tod@s o algo en la línea de la ciencia-ficción.

Confío en llevarme bien con la inspiración en los ratos de descanso, que faena ya tengo bastante por delante para todo el fin de semana.

El lunes, hacia la noche, colgaré el resultado y os invitaré a leerlo.

Gracias por vuestra atención,

Selin


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