viernes, 4 de junio de 2010

Un libro con historia


Después de un tiempo inactivo, retomo el blog de nuevo. En esta ocasión para contar la historia de un libro:

LA LEYENDA DEL LOBO CANTOR
George Stone

con Pórtico de José María Gironella
Fue editado en 1976, con el subtítulo "Un canto a la libertad natural"

"...tal vez sea la expresión más conmovedora y sensual de la vida selvática. Según una leyenda, los lobos no cantaron durante un período de su historia. Este es el relato de cómo perdió el lobo, y recuperó después, la esencia de su alma..."

Después de parte de la presentación que incluía, vuelvo con mi historia.

Lo leí hace muchos años, pocos después de que lo editasen y me gustó sobremanera. Recientemente me encontré con su título en un blog literario y quise leerlo de nuevo. Vano intento, si lo tengo, está bien escondido y si lo presté, no recuerdo a quien.

No obstante, localicé un ejemplar en una biblioteca pública, aunque estaba excluido de préstamo. Ante mi extrañeza, me respondieron que estaba deteriorado, aunque visto mi interés, no fue óbice para me lo prestaran, advirtiéndome, eso sí, de que lo tratase con sumo cuidado.

Así hice y pude rememorar (y revivir) lo que sentí la primera vez. Pero la historia no acabo ahí. Paseando un día, entré en una librería que debió vivir mejores tiempos hace un siglo, pero que actualmente se aproxima al cierre definitivo. Me dio por preguntar y, ante mi sorpresa, volvió el librero con un ejemplar (de tapa dura, además). La mayor sorpresa llegó al preguntar por su precio, 300 pesetas me dijo y me enseñó la hoja de reposición de la editorial que TODAVÍA lo acompañaba, después de 33 años, ya que era la segunda edición, fechada en febrero de 1977. TODO ese tiempo había estado arrinconado en la librería, ahora ya está en casa, bueno, no siempre, tiendo a prestarlo a alguna persona que lo sepa apreciar (espero no perderlo de nuevo).

¿Y qué tiene ese libro? Es ese canto a la libertad, a la fe en lo correcto de nuestras propias convicciones, aunque sean denostadas por el resto de la sociedad, a la lucha por un ideal.

Pero también nos invita a esperar, a permitir que las demás personas también sean libres ellas mismas. Sin imposiciones externas.

Hasta luego,

Selin

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